jueves, 29 de octubre de 2015

¿Fuimos a la luna?

Creencias que indican que el hombre no llegó a la luna

- Fotografías demasiado buenas 
- Sombras no paralelas
- La bandera ondeaba 
- No se podían visualizar las estrellas en las fotografías 
- Ordenadores rudimentarios que no podían llevarnos a la luna
- Estaban perfectamente iluminados aun estado en la sombra 
- Un astronauta se afeito y llegó a la tierra con bigote 
- Astronautas muertos en extrañas circunstancias
- Se veían muy perfectas las huellas que iban dejando los astronautas
- Si fuimos una vez por que no hemos ido otra vez.

Demostraciones de que el hombre llegó a la luna 

- Si estas fotografiando una cosa muy brillante cierras el diafragma y las cosas pocos brillantes en este caso las estrellas no se pueden ver.


- Las sombras pueden ser divergentes aún teniendo solo una fuente de luz en este caso el Sol.


- La bandera no ondea en ningún momento, el vídeo que nos hace ver que la bandera ondea es un documental falso 


- 382 Kg de piedras y rocas lunares perfectamente examinadas que demuestran como son totalmente diferentes a cualquier meteorito y las piedras de la tierra.


- Al no haber atmósfera no puede haber rozamiento al aire.

- Las rocas lunares son más antiguas que las rocas más antiguas terrestres, ya que en la luna no hay atmósfera, ni viento, ni la existencia de movimientos tectónicos.


- Se realizó una carrera espacial entre la Unión Soviética y USA.

Si realmente el hombre no llegó a la luna, los rusos no habrían consentido esta farsa, ya que no hubiera aceptado tal fraude y lo hubiera denunciado internacionalmente porque se jugaba mucho políticamente.







miércoles, 14 de octubre de 2015

PROYECTO FOTO CIENCIA

ARCIRIS SECUNDARI


Un arco iris es un fenómeno que desde niños nos fascina, pues no es un suceso que ocurre muy a menudo 
Para que se forme el arco iris principal, o sea el más brillante y fácil de observar,
debe dar la luz del Sol y debe estar lloviendo. Desde nuestro punto de vista,
tendremos el Sol a la espalda y veremos el arco iris sobre una cortina de agua de
lluvia frente a nosotros. Es el trabajo de millones de gotitas diminutas el que nos
ofrece tan maravilloso espectáculo.

Si la luz que incide sobre la gota de agua realiza dos refracciones y tres 

reflexiones internas, el resultado es la formación de un arco iris secundario de
colores invertidos, más débil y que queda por encima del primario. Su 
debilitamiento se debe a la luz que se refracta y sale al exterior en cada reflexión
interna. El orden de los colores en el arco secundario está invertido debido a la 
doble reflexión interna. Teóricamente puede haber más de tres reflexiones
internas, cuatro, cinco, que darían lugar a cuatro y cinco arco iris. El tercero y 
cuarto estarían entre el observador y el sol y quizás nunca se puedan ver. El 
quinto se produce en la misma zona del primero y el segundo no se ve porque es muy tenue. 



Un arco iris es ciencia, no es un experimento, pero es un fenómeno que ocurre en la naturaleza y que gracias a diferentes estudios se ha podido saber cómo se producen.


Gloria Román, María Rivas y Laura Morales 

jueves, 8 de octubre de 2015

Ignác Fülöp Semmelweis




Ignaz Philipp Semmelweis vivió 47 años. Nació en 1818 en Ofen, una ciudad de Hungría con una gran población alemana. Murió en Viena en 1865. Semmelweis, cuya familia era de origen germano, no hablaba bien ni el húngaro ni el alemán.

Estudió medicina en Viena y Pest. A los 28 años de edad fue nombrado asistente de la primera clínica ginecológica de Viena. Desde hacía un año el profesor de clínica era Skoda y el de anatomía patológica, Rokitanksky. La clínica vienesa florecía. Pero la fiebre puerperal hacía estragos, y curiosamente la mortalidad de las puérperas era mucho mayor en la primera clínica que en la segunda: 10% frente a 3%. Y otra diferencia: a la primera clínica concurrían estudiantes de medicina y a la segunda, no. Los estudiantes iban allí a asistir los partos, pero lo hacían después de haber estado disecando cadáveres en el pabellón de anatomía. Diversas razones se daban para explicar aquella diferencia: la angustia que causaba el sonido de la campanilla del acólito que precedía al sacerdote cuando éste se dirigía allá para administrar los sacramentos a las moribundas; la vergüenza que sentían las mujeres ante los estudiantes, y cosas por el estilo.


Semmelweis sabía que esas razones eran patrañas, pero no así cuál era la naturaleza de la fiebre puerperal. El hecho decisivo fue la muerte de su amigo Kolletschka, profesor de medicina legal: al hacer una autopsia un discípulo lo pinchó en un dedo. Murió con los mismos síntomas que los de la fiebre puerperal. Semmelweis demostró metódicamente que las razones que se esgrimían eran falsas, hizo una rigurosa confrontación de hipótesis tal como se hubiera hecho hoy día y que la causa estaba en el material putrefacto de las manos de los estudiantes. Visionariamente estableció, entre otras medidas, el lavado de manos de los estudiantes con agua de cloro. La mortalidad bajó y lo hizo a cifras menores que las de la segunda clínica y las de las parturientas callejeras. Defendió con vigor su descubrimiento y la salud de sus pacientes, Hay que terminar con la matanza, escribió. Pero la resistencia y hostilidad de sus colegas fueron grandes. El mismo fue amenazado. Lleno de amargura dejó la clínica, su mente se alteró, y su vida terminó en un asilo... por una septicemia. Su única obra se publicó en 1861: Etiología, concepto y profilaxis de la fiebre puerperal.